Según la Real Academia Española, “rufián” es “un hombre sin honor, perverso y/o despreciable, además del que hace de su oficio un infame tráfico de mujeres públicas”. Es decir, “rufián” es dicho de una persona que estafa y engaña a los demás.
Proviene del italiano “ruffiano”, y ésta del latín “rufus”, que significaba “pelirrojo”. Pelirrojas eran las meretrices romanas, y el que las controlaba era un rufián, un hombre de mala vida que se dedicaba a prostituir a las mujeres y a llevar negocios fraudulentos con los que estafaba a la gente.
De ahí que tomaran la palabra “rufián”, de las pelirrojas a las que dirigía en la Antigua Roma. Ser pelirrojo era por aquel entonces el colmo de todos los males, y las mujeres pelirrojas eran tratadas como si solo sirvieran para aquel oficio.