Cogerle cariño a nuestras posesiones materiales es algo en cierta manera común. De pequeño quieres a tu oso de peluche, de más mayor a tu colección de revistas y cuando alcanzas la madurez de tus juguetes sexuales. O eso ha debido de pasarle a la mujer de esta noticia, la cual mantuvo a un juguetito dentro de su vagina durante más de diez años. Cuando estás a gusto pasa el tiempo volando, oye.
Por lo visto una noche de borrachera alguien le introdujo el vibrador de trece centímetros de largo y cuando se despertó por la mañana seguía allí. Pero ella ni le echó cuenta. Simplemente se dejó llevar por ese pequeño gustirrinín que permanecía en su cuerpo. No sabía de donde venía, pero le molaba. Cualquier traqueteo en el metro era una dosis de placer. Cuando salía a hacer running por las mañanas cantaba a los cuatro vientos:“Lalalalaaaaghh”. Ahí iba ella, a lo Heidi.
Pero claro, esas cosas no se pueden dejar olvidadas ahí que luego se enquistan. Y diez años después la mujer de 38 años acudió al médico por severos dolores y molestias que no sabía de donde le venía. Hasta tenía problemas para orinar. Los médicos le diagnosticaron como “salida sin remedio” y “escaso sexo durante los últimos 10 años”, la curaron y la mandaron para casa. ¿Cómo pudo pasar desapercibido un juguete de tal calibre ahí dentro durante tanto tiempo? O tuvo compañeros sentimentales que tenían pasas secas como penes o no la quería tocar nadie ni con un puntero láser. Porque eso tenía que hacer tope. O algo.
El caso es que la mujer está recuperada para la causa y la cosa no ha ido más allá. Por lo visto es habitual esto de que se encuentren objetos perdidos en vaginas de mujeres poco cuidadosas. Algunos médicos han declarado haberse encontrado de todo: “¡El otro día sacamos de dentro de una mujer un niño que llevaba ahí dentro nueve meses! ¡Nueve meses!” Sí, para El mundo está loco solo contestó el doctor que se sacó la carrera con un sufi pelado.
Fuente:elmundoestaloco.com/
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