Henrik Eide Dahl, de catorce años, estaba participando en una LAN Party en la cafetería de su instituto y sus riñones fallaron mientras jugaba a Call of Duty. "Todo se volvió oscuro y me desmayé", ha explicado Dahl al diario local en Lillehammer.
Dahl había tomado cuatro litros de bebidas energéticas para soportar la sesión. Esta cantidad, que excede ampliamente la recomendación de consumo máximo de los fabricantes, provocó que el estudiante cayera en coma.
El adolescente fue trasladado al hospital, donde su condición empeoró y se le mantuvo con vida mediante respiración artificial y goteo. "Cuando me desperté estaba aterrorizado. Lo primero que recuerdo del hospital es que mis hermanos estaban sentados al borde de la cama llorando", ha contado el estudiante.
Una de los doctores que lo trató, Anne Kathrine Duns, ha explicado que la conducta de Dahl puso severamente en riesgo su vida, ya que afectó al sistema central nervioso, sistema cardiovascular, pulmones y riñones. "De momento lo atribuimos al consumo de grandes cantidades de bebida energética", ha informado la doctora.
Los médicos han explicado que hay sustancias en las bebidas energéticas como cafeína, aminoácidos y endulzantes artificiales, que combinadas han podido provocar la reacción en el cuerpo de Dahl. Se espera que el estudiante se recupere.
0 Comments
Publicar un comentario