Un padre en el estado de Sao Paulo veló por 14 horas un cuerpo que pensaba era de su hijo, pero poco antes del entierro descubrió que se trataba del cadáver de otra persona y que su familiar aún estaba vivo.

Everton dos Santos, de 23 años, era adicto a las drogas y había desaparecido hacía un mes. Su padre, Adauto dos Santos, fue llamado a la morgue y reconoció el cadáver, según informó el diario Folha de Sao Paulo de este viernes.

“El muchacho era muy parecido. Solo que era más oscurito y él (Everton) más claro. Todo el mundo se confundió“, admitió la madrastra del joven, Aparecida Oliveira da Silva.

“Antes de bajar al velorio, se lo mostramos a la madre y ella también lloró sobre el cuerpo“, dijo un empleado de la funeraria.

Se trataba en verdad de Lucas Guilherme de Casemiro, de 18 años, cuyo cuerpo ya sin vida fue hallado por los bomberos en el centro de Mirasol (a 467 km de la ciudad de Sao Paulo), sin documentos.

El hermano de Everton, que está preso pero recibió permiso para asistir al servicio, “quedó espantado, fue el único que se extrañó” al ver el cadáver, que no reconoció como su hermano.

Y faltando 10 minutos para el entierro, un conocido de Everton, también con problemas de drogas, dijo a la asistente social que llevaba su caso que había visto al joven deambulando por una calle cercana.

“Dijo que Everton estaba vivo y que estaba en las calles. Lo buscamos por la ciudad y lo localizamos. Fue cuando llamé al velorio y pedí para que atrasaran el entierro porque había una confusión”, explicó la asistente social Maria Estela Bernardes.

Cerca de la funeraria, la madre del joven, Elza dos Santos, lo reconoció. Ella “quedó muy afectada con toda esa confusión”, dijo Bernardes, que busca que Everton siga un tratamiento para dejar su adicción a las drogas.

Lucas Guilherme de Casemiro estaba de visita en la ciudad cuando murió. Fue velado, de nuevo, por su verdadera familia.

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