Las ondas sonoras necesitan un medio para transmitirse En el espacio no hay medio en el que las ondas puedan propagarse Un equipo de científicos ha enviado gritos al espacio para comprobarlo


En los próximos días el astronauta europeo Luca Parmitano dará un paseo espacial. Saldrá de la Estación Espacial Internacional enfundado en su traje espacial y flotará en la inmensidad del espacio. 


Si por cualquier motivo gritara y su voz se proyectara fuera del casco, no sonaría nada. Absolutamente nada. “En el espacio nadie puede escuchar tus gritos”, sentenciaba la película Alien, el octavo pasajero.


El sonido se produce por la vibración de algo (en este caso las cuerdas vocales) en un medio (el aire o el agua, por ejemplo). Si el astronauta grita, sus cuerdas vocales vibran, las moléculas de aire del interior del traje que están en contacto con ella también vibran. Esta capa hace vibrar a una segunda capa que está en contacto con ella, y esta a una tercera y así sucesivamente.
Estas ondas pueden entrar en contacto con otro objeto y hacerlo sonar. Nosotros oímos, porque las ondas sonoras hacen vibrar el tímpano del oído. Pero en el espacio no hay medio en el que las ondas puedan propagarse. Hay vacío. Por eso, ni los gritos ni ningún otro sonido suenan allí arriba.
No contentos con la teoría y los experimentos en laboratorio, un grupo de científicos del Universidad de Surrey (Reino Unido) han enviado al espacio gritos grabados en un teléfono móvil convertido en satélite, el STRaND-1, para comprobar si suenan o no.
El experimento sin embargo, no ha llegado a buen término. Alcanzó la órbita a principios de marzo pero cuando los ingenieros estaban a punto de encender el móvil perdieron la señal. Aún así, el equipo sigue pendiente de recuperar el contacto con su pequeño satélite para emitir los vídeos de los gritos, como este, uno de los que han enviado todos aquellos que participaron:
Fuente:rtve.es/