Aesha Mohammadzai pasó a ser conocida mundialmente en 2010, cuando apareció en la portada de la revista Time. Su historia es la de muchas mujeres afganas, obligadas a casarse de niñas y oprimidas por el régimen talibán que controlaba el país. Cuando Aesha intentó escaparse de casa, su marido y sus suegros le mutilaron la nariz y las orejas como castigo. Herida y aterrada consiguió huir y, tres años después, la joven afgana ha recuperado su parte de su rostro.

La joven consiguió llegar a una base estadounidense tras la tortura a la que fue sometida. Nada más llegar a América, estuvo en California unos meses, donde se debía someter a la reconstrucción facial. Los médicos consideraron que su estado psicológico no era el idóneo para la operación y actualmente, casi cuatro años después de lo sucedido, el espejo le recuerda a Aesha que todo se puede superar.
El procedimiento quirúrgico no ha sido nada fácil. La joven afgana tuvo que someterse a una dolorosa expansión de la piel de su frente, e incluso a injertos de hueso y  cartílago pero este verano, tras operaciones menores, su cara será la misma que antes del ataque. 
No obstante, la cirugía no soluciona todo. Su rostro ha sido reconstruído, pero reconstruir una vida no es tan simple. Mati Arsala, el padre de la familia con la que convive Aesha, asegura que es una chica muy inteligente y, pese a el sufrimiento que ha padecido, la joven de 22 años está convencida de que ella y su familia podrán superar todo lo que se propongan. Pese a la continua oposición talibán en Afganistán, está dispuesta a hacer lo posible por conseguir una buena educación, una carrera universitaria y, con el tiempo, su independencia. (Telecinco)