Humberto Álvarez es un sacerdote mexicano muy poco convencional. Sus sotanas no cambian de color para reflejar su jerarquía ni ningún rito concreto, sino que lo hace solamente para mostrar cada día un superhéroe distinto: Superman, Spiderman, Batman.
Parece que Álvarez es un cura con espíritu infantil, porque además su forma de repartir el agua bendita entre los fieles también es muy particular: la lanza utilizando una pistola de agua de juguete.